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Recuerdo un poco de cuando era pequeña, aquellos momentos que pase con mi mamá y mi abuela; ella era una mujer seria y no podía evitar tenerle respeto, era una mujer fuerte, de ojos profundos e incontable conocimiento, el cual le compartía en muchas ocasiones a mi mamá, sobre todo en la preparación de platillos. El sazón que tenía mi abuela era único, y aun que ya no se encuentra con nosotras, aun recordamos aquel sabor de sus comidas, el cual, a pesar de que sus recetas han quedado para la posteridad, no podemos igualar. En una ocasión, yo aún pequeña, recuerdo haber observado que durante la preparación de un postre coloco un recipiente dentro de una olla con agua caliente y de ella saco un chocolate líquido. Parecía magia para mí, pues parecía toda una experta cocinera. En aquel momento no conocía esa técnica, pero con el paso de los años supe que se trataba del método de baño maría.

A decir verdad esta técnica, que algún momento de mi vida pareció magia, es muy conocida y es incluso utilizada en industrias como la farmacéutica, la elaboración de alimentos y conservas así como en laboratorios de química, sin embargo nosotros le utilizamos más en la cocina. Esta técnica es bastante sencilla de realizar, basta con calentar agua en una olla y sumergir otro recipiente de menor tamaño, de esta manera el contenido de recipiente más pequeño se va calentando poco a poco hasta lograr el resultado querido. La ventaja de esta técnica es obtener un líquido espeso y sin quemarlo, un ejemplo es el chocolate, pues resulta ser la única manera en que obtendremos el chocolate líquido sin quemarlo. Además de esto, nos permitirá conservar los sabores y texturas de los alimentos, esta curiosa técnica es ideal para elaborar postres como lo son flanes, budines o pate.  Cabe mencionar que es importante cuidar la temperatura de la olla con agua, ya que este podría llegar al punto de ebullición y comenzar a saltar agua la cual, si tiene contacto con nuestra piel puede ocasionarnos quemaduras o incluso ampollas.

En la actualidad es una de las técnicas que más me gustan utilizar, no solo por el hecho de lo sencilla y noble que es o por sus múltiples beneficios a nuestra salud y al beneficio de conservar lo nutrientes en nuestros alimentos, sino también por los momentos que pase junto a mi abuela y la cual en su momento nos la compartió de tal manera que la podemos transmitir a nuestros hijos, y que sin duda, continuarán presentes en las cocinas de los mexicanos.

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Autor: Angie Gamez